La grandeza del Cañón del cobre y su parte étnica.
Por la mañana saliendo de Creel camino a Divisadero se hizo una parada en el lago Araeko, un paisaje totalmente relajante, tranquilo y apacible.
Divisadero, lugar lleno de belleza en las alturas, donde se encuentra el parque Barrancas del Cobre, mismo que cuenta con un restaurante panorámico, actividades de aventura como tirolesas y rapel, así como un teleférico que atraviesa de extremo a extremo 3 km de las barrancas dejando ver las expresiones de la tierra junto con un mundo en las alturas. La inmensidad es imponente y la belleza impresionante. Los participantes del grupo vivieron la experiencia de atravesar el Cañón del Cobre en teleférico a una altura de 450 metros aproximadamente; los peñascos, las rocas, el cielo azul y el viento fueron parte de una gran impresión que cautivó a todo el grupo.
Los Rarámuris (Tarahumaras), son quienes habitan en ésta zona, subsistiendo en un lugar en el que pareciera no haber nada, aprovechando al máximo los recursos de la tierra y tomando su fortaleza de espíritu en su etnia. Los hombres de pies ligeros (significado de rarámuri) son parte de de la grandeza del Cañón del Cobre.
La comida tuvo espacio en el restaurante panorámico del parque, platillos como cortes asados, rajas con queso asadero y frijoles charros acompañados de chiles toreados son una expresión de la cocina norteña que se probó. El Secretario de Turismo de Chihuahua, Héctor Valles Alvelais dirigió unas palabras al grupo y entregó un reconocimiento a la Chef Patricia Quintana por la participación dela ruta en el Estado. La cena se sirvió en el Hotel Divisadero Barrancas.
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