Michoacán, lugar de riquezas gastronómicas y culturales.
Ziracuaretiro, un lugar donde la tierra está llena de manjares como mango, plátano, zapote, zarzamora y mamey, entre otros frutos; que se encuentra en la región de Uruapan, donde el clima es caluroso y los paisajes de un verde especial. Recibió al grupo con una experiencia llena de color y tradición, los vástagos de plátano fueron parte de una ofrenda que los lugareños adornaron con flores y cargaron en compañía de una banda de música hasta la puerta del Restaurante de la Chef Blanca Vidales “El Gorjeo de las Aves en las Mañanas de Abril”, un desayuno con platillos como canasta de queso rellena de calabazas, cuitlacoche, flor de calabaza, jugo de naranja con zapote, licuado de mamey con canela, zarzamoras y café de olla acompañado de chilindrinas y enredos (pan de la región de pasta delgada en forma de garabato), fue servido en compañía de el Presidente Municipal de Ziracuaretiro, Jesús Hernández, Rubí Silva esposa del Secretario de Turismo Genovevo Figueroa, la Delegada regional de Turismo en Uruapan, Silvia Huanosto y la Chef Patricia Quintana.
Uruapan, la tierra del oro verde de México (el aguacate), cuenta con cien mil toneladas de producción al año, exportando el 90% de ella al extranjero. Los huertos de aguacates se dejaron ver por el grupo a medio día, dejando una bella impresión entre ellos. La Huatápera (lugar de reunión) fue un centro de evangelización, educación y atención a desvalidos en el siglo XVI, funcionando ahora como un museo con gran aporte cultural, donde se encuentra la explicación y muestra de los cuatro pueblos indígenas que habitan Michoacán (Purépechas, Nahuas, Mazahuas y Otomíes).
El cobre, mineral que se trabaja con gran esfuerzo y arte, tiene su capital que es Santa Clara del Cobre, pueblo mágico; mismo que está lleno de talleres de martillado donde se le muestra a cualquier persona que lo desee, el forjado del mismo. Los diferentes tipos y tamaños de martillos a base de fuego a altas temperaturas crean bellezas artesanales de diferentes tamaños, texturas y brillos. En la plaza del pueblo se reúnen los lugareños a comercializar las artesanías como platos, cazos, sartenes, relojes, joyería, etc.
En el taller de martillado “Casa Felícitas”, hubo una explicación y demostración de forjado así como una comida en donde una de las cocineras tradicionales, la Sra. Esperanza Galván, deleitó los paladares de los participantes con su receta ganadora de premios, el “mole tatemado” acompañado con tortillas de maíz hechas a mano y tostadas de carne apache (carne cruda cocida al limón) servidas con jícama y zanahoria rayada. El postre fue pan blanco con cajeta y café de olla.
Finalmente por la noche se arribó a Pátzcuaro ubicado en una Zona Lacustre; presentándose una función en el Teatro “Emperador Caltzontzin” de Danzas típicas de Michoacán.